¿De qué se quejan con mayor frecuencia gerentes y empleados en nuestras empresas?
En la consultoría organizacional con equipos de trabajo de todos los niveles, hemos recopilado una gran cantidad de información acerca de los problemas más frecuentes que suelen aquejar nuestras culturas de trabajo, sin importar el tamaño de la empresa, el sector económico o la etapa de desarrollo en la cual se encuentra. Estas problemáticas interfieren de manera significativa con el logro de los resultados y es común ver a nuestros gerentes muy frustrados porque, a pesar de los esfuerzos, no logran alinear a su gente con los objetivos que ellos tienen en su mente.
A continuación, algunas de las problemáticas más comunes:
- Baja orientación a la planeación y al seguimiento: Los equipos y personas suelen sentirse abrumadas por el día a día, y con frecuencia sienten que pierden de vista los objetivos importantes. Invierten tiempo y energía en desarrollar planes estratégicos que con frecuencia se quedan en el cajón del escritorio hasta el final del año.
- Dinámicas de competencia más que de cooperación: Se observa una baja cultura de procesos, que lleva a las áreas a trabajar de manera aislada; cada quien pelea por los suyo y aunque resulte obvio que tiene fines comunes, la gente invierte más energía en cuidar su proceso particular que los objetivos de la empresa.
- Rivalidad y luchas de poder: Esto genera desconexión entre los planes estratégicos, los procesos tácticos y las ejecuciones individuales, dejando a las personas operativas desconcertadas y sin rumbo, como meros ejecutores de órdenes que suelen ser contradictorias. En este escenario encontramos gerentes que se desenfocan de su rol estratégico para concentrarse en hacer funcionar los procesos operativos.
- Ausencia de medición eficaz de resultados: Es sorprendente cuanto ignoran los empleados acerca de los resultados de la empresa. En algunas ocasiones, ni siquiera los gerentes son conscientes de si su negocio va bien o no, ni si sus proyectos son rentables; esto hace difícil la toma de decisiones acertadas y oportunas.
- Ausencia de espacios de participación: En las mediciones de clima y cultura, una de las variables que con mayor frecuencia puntúan bajo es la posibilidad de participar en el desarrollo de empresa. Es muy frecuente que los equipos gerenciales ignoren las opiniones del personal de los niveles medios y operativos, y que estos se sientan muy poco escuchados.
- Conflictos interpersonales no resueltos: En la mayoría de los equipos se presentan diferencias personales que interfieren con el desarrollo de los procesos; en muchos casos, la causa es la falta de coherencia y claridad en las políticas y directrices. Es común que estas diferencias se ignoren y reine la armonía aparente, porque los líderes no tienen las herramientas para administrar estos conflictos y aprovecharlos en beneficio de la empresa.
- Ambientes de trabajo deteriorados: Contextos en los que abunda el temor, las contradicciones, la incoherencia y el trato irrespetuoso, donde la gente se siente acosada e infeliz con su empresa y su trabajo. Es muy frecuente escuchar de los empleados la frase “Estoy aquí porque no tengo nada más, apenas consiga algo me voy”.
- Políticas de gestión humana poco claras o poco justas: Salarios bajos, cargos y responsabilidades mal definidos, sobrecarga de trabajo, horarios y jornadas poco saludables, espacios físicos deficientes. La lista en este punto suele ser mucho más extensa.
Hace algunos días entrevistamos en Santiago de Chile a Eduardo Damián Villareal – Managing Partner en SCL Energía Activa, uno de nuestros gerentes favoritos por la calidad de su gestión y su talante como líder. Sus ideas y acciones para prevenir o curar estas enfermedades son sorprendentemente sencillas y contundentes, solo sentido común; desafortunadamente en con contexto empresarial proferimos formulas complejas y descalificamos las soluciones más simples, las de “sentido común”.
De esta la conversación extraemos las siguientes ideas para lograr un mayor éxito en la gestión empresarial:
- Las empresas deben orientar su esfuerzo a que su gente la pase bien en el trabajo, se divierta, se emocione y tenga ganas de ir a trabajar; no es posible lograr buenos resultados con gente que no quiere su trabajo o su empresa. Construir ambientes de trabajo agradables, oficinas cómodas, ambientes amables donde la gente se sienta tranquila y bien tratada, en eso no se debe ahorrar.
- Los gerentes debemos lograr que la gente vibre son los resultados y eso solo es posible si les contamos de manera sencilla y clara cómo vamos; nadie se compromete en serio con aquello que no conoce. Muchos gerentes aun preguntan si deben compartir los resultados con la gente, la respuesta sin lugar a duda es ¡Si!, y esto se aplica a los tanto a los buenos resultados como a los malos.
- Una clave para lograr alto compromiso es permitir a la gente de todos los niveles participar en las decisiones, que todas las opiniones cuenten. Perdemos información muy importante cuando pretendemos tomar decisiones solos o con algunos limitados puntos de vista de nuestros asesores de confianza; debemos tomar en cuenta que la gente que finalmente hace el trabajo es quien más conoce los problemas y la forma de resolverlos.
- Debemos confiar en la gente, dar autonomía, dejar que la gente use su propio criterio. Si hemos hecho un buen trabajo en la selección, tendremos gente capaz de decidir y actuar, si tratamos a nuestra gente como tontos, actuaran como tontos; debemos confiar en la madurez del equipo.
- A las personas nos cuesta ponernos en lugar de otros. Tenemos temor a delegar por no perder poder; los gerentes debemos orientarnos a promover de manera más decidida el trabajo en equipo y la cooperación, pero sobre todo, debemos ser un buen ejemplo de ello.
- Debemos invertir en la educación de nuestra gente, compartir información, ser claros en las expectativas y los resultados que queremos lograr; ofrecer nuestros conocimientos e ideas acerca del negocio. En la medida en que la gente comprenda las implicaciones de sus acciones será más consecuente y autónoma.
- Y finalmente, los gerentes debemos comprender de una vez por todas, en nuestras acciones y no solo en el discurso, que lo básico en cualquier negocio es la gente, sin el compromiso de la gente los resultados no se logran. Todo en la empresa se fundamente en nuestra capacidad para relacionarnos con las personas y la clave es sencilla y universal:
Tratemos a nuestra gente como quisiéramos ser tratados, con seguridad lo sabrán retribuir en buenas acciones para la empresa.
– Eduardo Damián Villareal
MARIA ISABEL MARTINEZ MUNAR
Consultora de Desarrollo Organizacional y Gestión Humana